El cerebro constantemente recalentado de las feministas, atiborrado por la misandria y la victimización permanentes, las lleva a alimentar opresiones imaginarias cada vez más descabelladas.
El desencadenante siempre es el mismo y no requiere más que un coeficiente intelectual de un solo dígito para ser entendido: sea cual sea el problema, sus causas o su complejidad, siempre habrá un solo culpable, o « culpable universal » : el hombre. Para éste será aún peor si es blanco, heterosexual, cisgénero, … Y si, por desgracia, también tiene más de 50 años, es cristiano, de derechas o ha triunfado en la vida, entonces ya cabe considerar la pena de muerte -la muerte social, al menos-, #Balancetonporc, por ejemplo, surgió con esa finalidad.
Todas las facultades de Humanidades se han dotado de laboratorios de Estudios de Género -donde los créditos fluyen libremente- para rastrear la opresión machista hasta los límites de la materia. Para justificar el maná de dinero público, resulta absolutamente vital encontrar algo a lo que hincar el diente, incluso inventándoselo desde la nada.
He aquí una muestra de delirios paranoides feministas, ya sean académicos, políticos o en general:
* El calentamiento global
Si la Tierra se calienta, es fácil hallar al responsable: ¡el hombre blanco!
* El humor
El humor es un invento patriarcal, de ahí que siempre sea sexista y deba ser combatido.
[Ver próximamente]
* La lógica
La razón es patriarcal; lo emocional es feminista. ¡Hay que luchar contra la lógica!
En, ‘Words of power’, un trabajo publicado en 1990, Andrea Nye, feminista académica y teórica de Estudios de Género, sostiene que la filosofía y la lógica heredadas de los griegos sólo son estrategias discursivas desarrolladas por hombres para oprimir a la mujer.
Sería un error reírse o tomar a la ligera estas divagaciones. Porque se inoculan año a año en el corazón de nuestras universidades: ¡en 2018, estas ideas incluso se difundieron desde el púlpito en un curso universitario francés!
* La Historia
En el feminismo se da una relectura revisionista consistente en reinterpretar el campo de la Historia en su totalidad mediante el filtro victimista misándrico. Peggy Sastre ya desmanteló el ‘patriarcado de la carne’, una pseudo-tesis antropológica defendida por Françoise Héritier y que pretende que el dimorfismo sexual (las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres) se remonta a la edad de las cavernas, cuando los hombres habrían privado intencionadamente a sus compañeras de carne, dejándolas sólo una dieta a base de papilla de avena para sobrevivir. Aunque la papilla esté más bien, en este caso, en el cerebro de las feministas.
Pero los demás períodos históricos tampoco salen mejor parados. La misandria y la relectura ideológica antipatriarcal florecieron casi por doquier.
Desearía que estas reinterpretaciones forzadas de la historia fuesen rastreadas y denunciadas, así como una investigación bibliográfica y documental sobre el tema. Animo a todos los interesados en el tema a hacer lo mismo.
Traducción del francés: Júlio Béjar